La Unesco dio a conocer,
a través de cifras recabadas desde la información provista por diferentes
organizaciones sociales, que el bullying en América Latina, dentro del ámbito
educativo, ronda en un porcentaje que oscila entre un 40% y un 70%.
En
el 2014 Colombia fue testigo de un acontecimiento que modificó la dinámica
social respecto a la homofobia, ya que un estudiante homosexual se suicidó,
entre otras causas, por el acoso recibido dentro de su entorno académico.
La
Asociación Colombiana de Universidades,
Ascun, fue una de las pioneras en lanzar proyectos y formular lineamientos
como la Política Nacional de Bienestar Universitario,
a favor del sano desarrollo humano de los estudiantes de las diferentes
carreras universitarias. Si bien esta organización cooperó con la inclusión y
la tolerancia dentro del ámbito académico, a criterio de la directora del
Centro de Bienestar de la Universidad
Javeriana, Liliana Tamayo “aquí no se
tiene en cuenta a los homosexuales”. En palabras de la profesional “Existe un comité que trabaja en la
inclusión, pero se le ha dado más relevancia a la discapacidad y lo
socioeconómico. La diversidad en la orientación sexual sigue pendiente”.
A
raíz de la violencia homofóbica y de la exclusión que existe en las
universidades, al igual que en otros ámbitos, es oportuno plantearnos ¿Qué es
la homofobia? El término surge en el año 1972 de boca del psicólogo
estadounidense George Weinberg, quien la define como “(...) simplemente eso: una fobia. Un temor que provoca un
comportamiento irracional de huida o el deseo de destruir el estímulo de la
fobia o cualquier cosa que lo recuerde". Un concepto realizado en los
años 70´, no tiene la misma significancia en el presente, por lo que Gabriela
Romo, egresada en la licenciatura en psicología, asegura que la fobia se
manifiesta como un excesivo miedo a una situación o cosa determinada; no
obstante algunos de los síntomas físicos perceptibles que se manifiestan en
esta patología pueden ser falta de aire, nerviosismo, transpiración,
adormecimiento de las extremidades y angustia. A criterio de Romo la homofobia
no manifiesta síntomas como los mencionados, es decir que el razonamiento es
que los homofóbicos no padecen un trastorno visible, sino que en la mayoría de
los casos se trata de personas con conflictos no resueltos.