Gracias a dos pedagógicos
ejemplos brindados por un profesor de la Universidad de Stanford, un grupo de
alumnos pudieron comprender que el uso de determinadas frases condiciona
nuestra experiencia.
Bernard
Roth es un profesor de la Universidad de Stanford que ha realizado
recientemente una publicación, sobre una investigación sumamente interesante. El
postulado de este catedrático radica en que se debe tratar de no comunicar
mensajes utilizando frases que contengan “pero”,
ni “tengo que hacer”. En base a la primer
propuesta, la idea es modificar la sinapsis cerebral que se genera a partir de
nuestro dialogo interno y externo. Al decir “quiero
ir al cine, pero tengo que estudiar para un examen”, generamos en nuestro
cerebro un conflicto inexistente. Si cambiamos el “pero” por “y”, obligamos a
nuestro raciocinio a procesar ambas partes de la frase sin crisis entre ellas. Al
igual que en el caso anterior, supone un efecto positivo referirnos a “quiero hacer un viaje (...)”, que decir
“tendría que hacer un viaje (...)”.
No
existen motivos por los que un pregrado o una maestría anulen la realización de
otras actividades, por lo mismo debemos integrar a nuestro vocabulario más
connotaciones positivas que nos generen bienestar.