Los Universitarios que promueven el reciclaje a reclusos de Villahermosa
jueves, 23 de junio de 2016
Un grupo de estudiantes universitarios impulsó un taller adentro de Villahermosa para promover el reciclaje como una opción de vida que traspasa las rejas.
“Los talleres, reuniones, capacitaciones o el simple acompañamiento de parte de los facilitadores sociales, se convierten en una motivación para que los internos apropien ese contenido y lo conviertan en oportunidades; así es como se logra la verdadera transformación de una sociedad”.
Las palabras son del cabo Olmes Alberto Amú. Amú es el coordinador de estrategias ambientales del centro de reclusión Villahermosa, y esas palabras, así de simples, son su forma de explicar algo que desde afuera parece complicado de entender: ¿un proceso de reciclaje tras las rejas?
De lo que habla el cabo cabo Amú es de un proyecto puesto en práctica por cuatro estudiantes universitarios: tres de la Autónoma y uno de la Javeriana.
Los muchachos, o mejor, “los facilitadores sociales”, como los llama el Cabo, vienen trabajando con los internos que hacen la labor de aseo en los patios, con quienes trabajan en el centro de acopio del centro de reclusión y con los internos que se encuentran en ‘fase de confianza’ (es decir, quienes ya están a punto de salir en libertad y tienen permisos de 72 horas para visitar a sus familias), en torno a una iniciativa que, aunque empieza allí detrás de los barrotes, tiene el panorama bien lejos. El nombre del proyecto es una suerte de promesa. Ojalá un presagio: ‘Reciclaje, una opción de vida’.
Todo empezó a través de una dinámica de talleres, es decir, no desde la imposición del conocimiento sino desde el crecimiento colectivo a la hora de compartirlo.
Lo primero fue el manejo de los residuos sólidos, es decir, empezar a separarlos; así aprendieron, por ejemplo, que los materiales peligrosos como los aerosoles y las máquinas de afeitar empezarían a ir en un contenedor de color rojo; los plásticos en uno azul, los residuos orgánicos en el contenedor verde.
Y luego el siguiente objetivo fue el ciclo de las 3R, que en palabras traduce reciclar, reducir y reutilizar. Gracias a este ejercicio, entonces, Villahermosa empezó a contar con contenedores de colores para la disposición.
“Los internos del centro de acopio se encargan de la labor de reciclaje constantemente. La idea ahora es lograr que los internos lo hagan por sí solos. Queremos lograr que el reciclaje sea un estilo de vida para ellos y que cuando salgan de la cárcel lo adopten”, contó Manuel Vega Noriega, estudiante de Comunicación Social de la Autónoma de Occidente y uno de los miembros del equipo. Junto a él, y alumnos de la misma universidad, están Sofía Molano Goyes y Gustavo Adolfo Navarro Lenis. Juan Pablo Alvarado es la ‘cuota’ de la Javeriana.
“Los talleres permitieron a los internos saber la importancia que tiene el reciclaje no solo en la parte económica sino en la ayuda para el medio ambiente. Y aprendieron a ser multiplicadores de lo aprendido”, dijo el cabo Amú.
Después de la primera etapa, en la que se enfatizó en la importancia del reciclaje en su comprensión, no solo para el lugar donde temporalmente se encuentran los internos, sino para el mundo donde todos habitamos, el proyecto siguió otras etapas reforzando el mensaje.
Porque aunque también parezca sencillo, reciclar no solo es un hábito sino un estilo de vida. Y la idea, además, era tratar de impactar a toda la población de Villahermosa. Así pues, los chicos pasaron a elaborar cuñas radiales con el propósito de emitirlas por ‘Radio Libertad, una voz de esperanza’, que es la emisora de la cárcel. E impulsaron actividades didácticas, entre ellas, puestas en escena cuyo centro fueron los mensajes ambientales.
Para muchos de los internos, aquellos momentos en los que estuvieron estudiando, trabajando y poniendo en práctica los conocimientos que allí adquirieron, se convirtieron en instantes de mucho valor. En algunos casos, mucho más de lo evidente: “Mis familiares no pueden visitarme, así que la pintura, la radio y construir esos mensajes con los jóvenes fueron el único momento para tener contacto con personas de afuera.
Cada cosa que aprendímos se convirtió en una reflexión de cómo ser mejores cuando salgamos de aquí”, comentó uno de los internos que participó en el proyecto y que, por obvias razones, no tiene nombre para este artículo de prensa.
Manuel, Sofía, Gustavo y Juan Pablo se encuentran actualmente en la última etapa del proyecto: la intervención del Salón Múltiple de Villahermosa, donde trabajan en un mural que, por supuesto, tendrá como tema central el reciclaje, que quedará plasmado allí mediante mensajes positivos y la recreación de sitios representativos de Cali. El mural lo van a hacer en conjunto con los artistas de la Fundación Culata Arte e Investigación.
“En el mural pintarán lugares emblemáticos como Cristo Rey, Sebastián de Belalcázar, San Antonio, entre otros; esto con el fin de apreciar la ciudad al momento en que salgan”, dijo Gustavo Adolfo. Reciclar, efectivamente, no es solo un hábito. Es un estilo de vida. Y también una opción.
Fuente:
http://www.elpais.com.co/